Ali Al Habsi era de origen humilde y tenía humildes ambiciones en un país donde el fútbol profesional era inexistente. Pero la vida tenía otros planes. Un encuentro fortuito con un entrenador inglés le abrió un camino alternativo y se dispuso a recorrerlo, sin imaginar a dónde le llevaría. A pesar del asombroso ascenso de nuestro héroe, se mantuvo con los pies en la tierra gracias a la humildad que aprendió en su juventud y al amor por sus raíces. Ahora, al final de su carrera, recorre en retrospectiva el improbable viaje que lo llevó desde su granja natal en Omán hasta los estadios más grandes de Inglaterra y reflexiona sobre las influencias que lo guiaron hasta allí.

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